lunes, 14 de abril de 2008

Ecuador migra a software libre... y estándares abiertos

image El 10 de abril del 2008, el Presidente Rafael Correa Delgado, ha firmado el Decreto 1014 por el que ordena con absoluta precisión que el software usado por las administraciones públicas del país sea software libre (e implícitamente basado en estándares abiertos). Lo confirma Esteban Mendieta Jara, asesor presidencial en materias tecnológicas de dicho Gobierno.

El propio Decreto aporta como justificación de tal decisión razones económicas y de soberanía nacional. Los dos puntos en los que más hincapié hace en el articulado.

Sin embargo, su fecha de promulgación es significativamente coincidente en el tiempo con dos cosas: primero, con las presiones recibidas por las más altas escalas gubernamentales para que el INEN (Instituto Ecuatoriano de Normalización) votara a favor del formato OOXML en ISO/IEC (cosa que finalmente no hizo); pero, segundo, es más llamativa aún la proximidad temporal con las noticias referentes a que los servicios de espionaje estadounidenses han estado infiltrados en los sistemas de decisión Ecuatorianos e incluso ocultando información a su presidente. Esta coincidencia se puede explicar por las fundadas sospechas de que algunos paquetes de software privativos de empresas estadounidenses están sirviendo como herramientas de espionaje. Respecto a este último paralelismo no estamos ante nada nuevo: ya otros estados como Venezuela y Cuba, o incluso el Ejército de Alemania, han pasado por la etapa de optar por el software libre para garantizar su "soberanía tecnológica" y total auditabilidad del código (incluyendo su libre compilado y depuración). El propio Departamento de Defensa de Estados Unidos propone en sus informes el uso de sistemas operativos libres con preferencia sobre los privativos porque el código abierto es más adaptable a sus necesidades de seguridad. El razonamiento lógico que arguye es que se pueden eliminar del mismo con total autonomía y sin tener que pedir permiso al fabricante, todas las partes de código fuente que no sean estríctamente necesarias. Con ello se reducen los riesgos de agujeros de seguridad.

La idea subyacente es que las tecnologías de la información manejan precisamente eso, la información, y la información es un elemento clave en política y economía. No debe resultar pues chocante que los gobiernos no vean las distintas tecnologías informáticas como algo neutro políticamente y que se decanten por unas u otras para sus sistemas oficiales, y sobre todo para aquellos más críticos para su soberanía.

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